Pozos Canadienses 

Cómo funciona un pozo canadiense

El funcionamiento de un pozo canadiense o provenzal está basado en la instalación de unos conductos a poca profundidad por los que circula el aire exterior y que en el paso por el mismo se calienta (o enfría) para posteriormente introducirlo en el local a climatizar.

Los Pozos Canadienses son una alternativa eficiente y económica a la climatización convencional. Esta técnica, también conocida como geotermia poco profunda, consiste en aprovechar el calor natural del subsuelo para climatizar edificios, tanto en invierno como en verano.

El funcionamiento de los Pozos Canadienses se basa en el intercambio de calor entre el suelo y el aire que circula a través del sistema. En invierno, el aire frío del exterior se introduce en el pozo, donde se calienta al contacto con la tierra. Luego, el aire caliente se distribuye por el edificio mediante un sistema de ventilación, proporcionando una calefacción natural y eficiente.

En verano, este proceso se invierte. El aire caliente del exterior pasa por el pozo, donde se enfría al entrar en contacto con la fresca temperatura del subsuelo. Luego, el aire fresco se distribuye por el edificio, manteniendo una temperatura agradable sin necesidad de recurrir a sistemas de aire acondicionado convencionales.

La eficiencia energética de los Pozos Canadienses es su principal ventaja. Al aprovechar el calor natural del subsuelo, se reduce significativamente el consumo de energía eléctrica necesario para climatizar un edificio. Además, esta técnica es compatible con otros sistemas de energías renovables, como paneles solares o turbinas eólicas, contribuyendo a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Otra ventaja de los Pozos Canadienses es su bajo coste de mantenimiento. Una vez instalado, el sistema funciona de manera autónoma y no requiere de complejos procesos de limpieza o reparación.

En conclusión, los Pozos Canadienses representan una alternativa eficiente y sostenible a la climatización convencional. Su aprovechamiento del calor del suelo permite una reducción en el consumo de energía eléctrica y una mayor eficiencia energética en los edificios. Además, su bajo coste de mantenimiento los convierte en una opción atractiva para aquellos que buscan reducir el impacto ambiental de sus hogares o negocios.